El síndrome del impostor. ¿Cómo el éxito puede volcarse en nuestra contra?

En el entorno laboral, las competencias de cada uno de nuestros colaboradores ayudan a alcanzar el éxito de la organización, pero ¿qué pasa cuando, pese a su buen desempeño y logros, nuestros colaboradores presentan pensamientos como miedo al fracaso, diálogo interno negativo, obsesión por errores pasados, sentimiento de incompetencia y dudas sobre sí mismos y sus habilidades o capacidades?

 

¿Has escuchado del Síndrome del Impostor? A finales de la década de 1970 fue descubierto un fenómeno psicológico en el cual profesionales que han alcanzado grandes logros experimentan sentimientos de no ser dignos del reconocimiento de otros, mostrándose preocupados de que se descubra que no son lo suficientemente inteligentes o con habilidades, atribuyendo su éxito o habilidad a la suerte, al carisma, o incluso a estar en el sitio adecuado y ser el resultado de mera casualidad.

 

A partir de los estudios realizados, se ha encontrado que este fenómeno (ya que aún no ha sido reconocido como trastorno por parte de la MDS-5) tiene una estrecha relación entre el autoconcepto, la dimensión social y la autoexigencia; y cuando una persona lo experimenta, repercute en una mayor autoexigencia. Incluso, las personas que lo padecen pueden considerar que los demás magnifican o sobreestiman sus logros sin razón.

 

Este patrón de comportamiento se caracteriza por la existencia de dudas sobre las habilidades propias, así como miedo al fracaso. Quienes lo padecen, constantemente tienen una baja expectativa de los resultados sobre un proyecto propio; es decir, tienen una visión distorsionada sobre los méritos propios y las aptitudes, llegando incluso a creer que el éxito es un problema, provocando un efecto rebote entre el éxito y el esfuerzo.

 

Las razones o causas de este padecimiento son multifactoriales, pueden ser de carácter biológico, psicológico o social. En ello influye la personalidad y existen varias tipologías que describen a personas con este tipo de pensamientos intrusivos:

  • Perfeccionistas. Establecen expectativas muy altas para sí mismos y, pese a cumplir con el 99% de sus metas, surge en ellos un sentimiento de fracaso al creer que no cuentan con habilidades suficientes.
  • Individualistas. Necesitan hacer todo por sí mismos, a fin de evitar sentirse fracasados, débiles o que son un fraude; rechazan la ayuda para alcanzar el éxito.
  • Superhumanos. Se esfuerzan mucho cada día y más que el resto de las personas debido a la necesidad de triunfar en todos los aspectos, buscan ser los mejores en todo, llevándolos a la autoexigencia. Creen que tienen que hacer demasiadas cosas para ser aceptados, llevándolos incluso a hacer demasiado y olvidándose de sí mismos para ser queridos por todos.
  • Expertos. Buscan nuevas formas de conocimiento a través de certificaciones, capacitaciones, diplomados, etc. por sentirse incompetentes y con ello buscan sentirse más expertos.
  • Genios naturales. Se esfuerzan más por considerar que no son tan buenos como los demás, piensan que si les costó trabajo alcanzar algo, significa que no son tan buenos.

 

Las tipologías pueden presentarse juntas o predominar unas más que otras. El juicio que la persona hace sobre sí mismo puede desencadenar estados de ansiedad, estrés y agobio cuando las actividades no resultan como en las expectativas. De ahí que la salud mental es de gran importancia en las organizaciones.

Si bien la percepción que la persona tiene acerca de sí misma es un trabajo personal que debe atender de manera individual y propia, las organizaciones pueden ayudar al incluir en su entorno laboral las siguientes recomendaciones:

 

  • Generar un buen ambiente laboral, fomentando la responsabilidad en todos los niveles y en todas las áreas, tanto respecto de los logros como de los fracasos. Los líderes son el mejor ejemplo al transmitir a sus equipos el reconocimiento de sus propios errores y mostrarse satisfecho de los logros alcanzados, de tal manera que en este ambiente de confianza fluya el orgullo por lo conseguido y la responsabilidad por los propios errores.
  • Crear un ambiente de colaboración donde todos se sientan libres de expresar sus ideas.
  • Fomentar el desarrollo profesional, ya que se puede tener a muchas personas con grandes habilidades y capacidades de las que no son conscientes; la formación y la asignación de nuevas responsabilidades pueden detonar el descubrir habilidades ocultas.
  • Normalizar la retroalimentación, el feedback no debe darse solo cuando las cosas no van bien, también debe hacerse para dar reconocimiento.
  • Cuidar la salud mental en la organización, ayudando a los empleados a cuidar su salud mental con charlas, programas de bienestar, medidas que ayuden a mitigar el estrés y formación continua.

 

En Getnet, cuidamos a nuestros Nxters y tenemos programas y actividades para apoyar su salud mental, ya que el bienestar de nuestra gente es primordial.

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